¿Soy una persona sedentaria? Peligros del sedentarismo
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¿Soy una persona sedentaria? Peligros del sedentarismo

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Una vida poco activa puede acarrear enfermedades cardiovasculares, fragilidad ósea e, incluso, depresión. Los expertos creen que el ejercicio físico tiene importantes beneficios para la salud del corazón, el cuerpo y la mente. Averigua cuan activo eres.

Cómo saber si soy sedentario

Respondiendo a este breve cuestionario puede saber si llevas una vida activa o no:

  1. ¿Cuántas horas al día estás sentado? En muchos trabajos, un tercio. Otro lo pasamos durmiendo. Así debemos intentar que las 8 horas restantes sean más activas.
  2. ¿Cuántas veces a la semana practicas actividad física intensa? Correr, jugar al tenis o a fútbol, aeróbic, natación rápida, crossfit o spinning son algunos ejercicios de alta intensidad.
  3. ¿Cuántas veces a la semana practicas actividad física moderada? Se incluyen en este grupo estiramientos, yoga, pilates, pasear o golf, así como realizar tareas domésticas.
  1. ¿Tu trabajo requiere esfuerzo físico? La construcción y la hostelería requieren de fuerza y movimiento continuo, consideradas actividades físicas. Trabajar en una oficina, no.
  2. ¿Cómo te desplazas a diario? Ir andando al trabajo y subir escaleras en lugar de coger el ascensor son dos maneras sencillas y muy saludables de hacer ejercicio moderado.

Si, tras responder a estas 5 preguntas, has visto que pasas la mayor parte del día sentado y no realizas un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada o 75 de actividad intensa durante la semana, probablemente lleves un estilo de vida sedentario.

Consecuencias de tener una vida sedentaria

España es uno de los cuatro países más sedentarios de Europa, una cifra que nos alerta de los riesgos de la inactividad física. Estas son las principales consecuencias para la salud:

Salud cardiovascular. El sedentarismo duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como la cardiopatía isquémica. Además, puede causar hipertensión arterial.

Diabetes. Los períodos prolongados de inactividad pueden + afectar la capacidad del cuerpo para controlar los niveles de azúcar, regular la presión arterial y descomponer las grasas.

Sobrepeso y obesidad. El poco gasto energético aumenta el riesgo de acumular grasa corporal y, en consecuencia, sufrir sobrepeso y obesidad.

Cáncer. Los estudios han demostrado consistentemente que llevar un estilo de vida sedentario puede contribuir a algunos tipos de cáncer.

Fragilidad ósea. La inactividad física puede debilitar los huesos y aumentar el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. Además, se pierde masa muscular por falta de tonificación.

Muerte prematura. Se ha comprobado que los estilos de vida sedentarios se asocian con un mayor riesgo de muerte prematura, independientemente de los niveles de actividad física.

Depresión. El sedentarismo impacta en la mente. La Universidad de Qingdao (China) encontró un vínculo entre el comportamiento sedentario y un mayor riesgo de depresión.

Cómo pasar de ser sedentario a llevar una vida activa

Para dejar de lado el sedentarismo no hace falta pasarse horas en el gimnasio o hacer sobreesfuerzos físicos. Lo mejor es empezar con prácticas sencillas, que se conviertan en una rutina habitual.

Camina más. Intenta caminar 30 minutos al día a buen ritmo. Bájate del bus dos paradas antes, haz reuniones de pie, no cojas el ascensor y anda cuando hables por el móvil.

Ve en bicicleta. Además de hacerte un favor a ti mismo, se lo harás al medio ambiente. Si vas en transporte público, intenta no sentarte y quedarte de pie.

Muévete entre horas. Si trabajas en casa o en una oficina, haz un parón cada 30 minutos y aprovecha para andar y desconectar.  Camina también durante las pausas para el almuerzo.

Bici estática. Una vez por semana, mira una de tus series favoritas mientras pedaleas sobre una bicicleta estática o una elíptica.

Combina cardio y fuerza. Es mejor combinar de ejercicios cardiovasculares (correr o ir en bicicleta) con ejercicios de fuerza, para cumplir con las pautas mínimas de actividad física.

Menos sofá. Pasa algo de tiempo libre para estar activo en lugar de mirar televisión o jugar videojuegos. Y durante los anuncios levántate y camina por casa.

Tareas domésticas. Fregar los platos y limpiar la casa son labores cotidianas que implican un esfuerzo moderado y nos hará movernos.  Dedica más tiempo al bricolaje o la jardinería.

¡Baila! Si estás en casa, pon la radio o música y empieza a mover el esqueleto. Seguro que bailarás más de una canción.

Además de incrementar el ejercicio físico diario, seguir una alimentación sana y equilibrada, dormir lo suficiente y evitar el consumo de tabaco y alcohol te ayudarán a mejorar tu estado de salud general.

Fuente: AXA Health Keeper

Infografía desarrollada por INFOGRAFIAR

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