Como la natación, el caminar o el aeróbic acuático, la danza del vientre es un ejercicio cardiovascular suave y de bajo impacto.
Es decir, tu pulso se acelera, respiras más rápido, y la circulación se activa, pero no tienes porqué saltar ni hacer movimientos bruscos. Es suave con tus articulaciones y se puede adaptar a tu nivel físico.
Los ejercicios cardiovasculares suaves son el tipo de ejercicio más recomendado por los especialistas. Además tienen muy bajo riesgo de lesión.
Es decir, que puedes bailar danza oriental como primer paso para ponerte en forma, pero también puedes hacerlo aunque estés totalmente en forma, porque siempre habrá un reto para ti.
En cualquier caso, ¡¡no te creas que eso significa no sudar!!. De la mayoría de mis clases salgo sudando (y mis alumnas también!).