¿Qué es la Sedición y qué consecuencias tiene?
¿Qué es La Sedición? Es una «rebelión colectiva y violenta contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar».
¿Cuál es el objetivo? Derrocar a los poderes del Estado, las autoridades gubernamentales. El delito de sedición se aplica a quien «se alza pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de leyes, autoridad, cuerpo oficial o funcionario».
En otras palabras es una conducta abierta, como el discurso y la organización, que tiende a la insurrección contra el orden establecido. A menudo incluye la subversión de una constitución y la incitación al descontento o la resistencia contra la autoridad establecida. La sedición puede incluir cualquier conmoción, aunque no tiene como objetivo la violencia directa y abierta contra las leyes.
¡La sedición no se considera un acto subversivo! De hecho, para que sean procesados bajo las leyes de sedición ¡Hay que investigar! ¿Por qué? Porque las leyes varían de un código legal a otro. Donde han ocurrido estos casos, también hay un registro del cambio en la definición de los actos que forman o componen, lo que sería, la sedición en ciertos momentos de la historia. Esta visión general también ha servido para desarrollar una definición sociológica de sedición, dentro del estudio de la persecución estatal.
Consecuencias de la Sedición
Según el artículo 545 del Código Penal, «quienes hubieran incitado, apoyado o dirigido la sedición o apareciesen en ella como sus principales creadores, serán castigados con la pena de prisión de ocho a diez años, y con la de 10 a 15 años, si fueran personas con autoridad. En ambos casos se impondrá, además, la inhabilitación absoluta por el mismo tiempo».
En el caso de que la sedición no haya llegado a «entorpecer de un modo grave el ejercicio de la autoridad pública y no haya tampoco ocasionado la perpetración de otro delito al que la Ley señale penas graves», los jueces podrán rebajar en uno o dos grados las penas.
El delito de rebelión es más grave que el delito de sedición, ya sea porque en el primero se utiliza la violencia, o las armas, y en el segundo no, o porque en el primero se intenta derrocar a los poderes del Estado y en el segundo no. En ambos casos se trata de actos colectivos que exceden el derecho a protestar o peticionar colectivamente ante el Estado, aunque en muchos casos el límite entre la sedición y la protesta social es incierto.
Este delito fue creado para proteger al Estado antes de que existieran las democracias modernas. Como ahora la democracia es común, el delito de sedición casi no aplica, reduciéndose así a una mínima expresión ante el reconocimiento del derecho a protestar colectivamente.
Fuente: Eitb.eus
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