Los mayores problemas ambientales en 2024
Los problemas ambientales son muchos y la mayoría están relacionados entre sí, hay algunos que, por su gravedad, merecen más atención que otros. Estos son 6 de los mayores a los que la humanidad se enfrentará este año.
1. Impactos del cambio climático
El año 2023 ha sido el más cálido registrado en los últimos 174 años. Y 2024 puede ser peor. Ese preocupante récord ha venido acompañado de condiciones meteorológicas extremas que han dejado «un rastro de devastación y desesperación» en diferentes puntos del planeta, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Todo indica que los niveles de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), debido al uso de combustibles fósiles, seguirán aumentando, que se alcanzarán temperaturas récord en tierra firme y en la superficie del océano, que aumentará el nivel del mar, que se registrará un nuevo récord de deshielo en los casquetes polares y que se incrementará el número de fenómenos meteorológicos extremos (sequías, inundaciones, superincendios, ciclones…).
La cumbre del clima de Dubai (COP28) finalizó con el reconocimiento de casi 200 países de la necesidad de abandonar los combustibles fósiles. Para limitar el calentamiento global a 1,5ºC sobre los valores preindustriales, el acuerdo establece que se deben reducir las emisiones mundiales de GEI un 43% hasta 2030 y un 60% hasta 2035 en relación con los niveles de 2019, y alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono cero en 2050.
2. Pérdida de biodiversidad
Las especies vegetales y animales están desapareciendo a un ritmo cada vez más rápido, debido, sobre todo, a la actividad humana, en especial por el uso intensivo del suelo, la contaminación y el cambio climático. El tamaño de las poblaciones de mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios experimentó una disminución de un promedio del 68% entre 1970 y 2016, según un informe de WWF, y más de 500 especies de animales terrestres están al borde de la extinción.
La cumbre de la biodiversidad de Montreal, en diciembre de 2022, finalizó con un acuerdo histórico que firmaron 190 gobiernos para emprender acciones concretas con el fin de proteger el 30% de la superficie terrestre y marina para el 2030 y frenar la sexta extinción masiva de vida silvestre que está viviendo la Tierra.
La iniciativa ‘30×30’ supone una conjura para conservar la diversidad biológica, lograr un consumo sostenible de los componentes de la diversidad biológica, y facilitar una distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos naturales. No obstante, también ha cosechado críticas por el posible impacto sobre las poblaciones nativas que habitan zonas que deberán convertirse en áreas protegidas y parques nacionales.
3. Contaminación por plásticos
«La contaminación por plástico puede alterar los hábitats y los procesos naturales, reduciendo la capacidad de los ecosistemas para adaptarse al cambio climático, afectando directamente a los medios de vida de millones de personas, a su capacidad de producción de alimentos y a su bienestar social», ha señalado la ONU.
El problema es enorme: cada segundo llegan al mar 200 kilos de plástico, hay restos de este material en todos los rincones del planeta, desde el Ártico hasta la Antártida; se han hallado piezas en el mar hasta a 10.000 metros de profundidad; y unas 700 especies marinas se ven afectadas por este tipo de contaminación.
Los microplásticos (piezas con menos de 5 milímetros de diámetro) agravan aún más la situación: se han encontrado partículas en seres humanos vivos en los pulmones y en la sangre. Están por todas partes: en la sal, la cerveza, las frutas y hasta en agua, en la del grifo y en la embotellada. Grupos de científicos han iniciado una cruzada para reclamar a los gobiernos acciones inmediatas para frenar el uso de plásticos y buscan soluciones para eliminar los que invaden los océanos.
4. Deforestación
Solo en 2022, casi 20.000 kilómetros cuadrados de vegetación fueron destruidos en el Amazonas. Es una superficie similar a la de Israel. Cada hora se tala en el mundo una extensión equivalente a 300 campos de fútbol y en los próximos siete años el mundo podría perder el 90% de sus bosques si se mantienen esas magnitudes.
Las promesas de los gobiernos para detener y revertir la pérdida de bosques para finales de este decenio no han empezado a cumplirse. De hecho, la pérdida de bosques primarios tropicales en el planeta superó en 2022 los 41.000 kilómetros cuadrados, una extensión similar a la de Suiza. Esa pérdida de bosques produjo 2,7 gigatoneladas de emisiones de CO2, equivalente a las que emite cada año la India por el uso de combustibles fósiles.
La buena noticia es que en 2023 se registró una importante disminución de la deforestación en la Amazonía de Brasil, gracias a las medidas aprobadas por el presidente de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, quien así asumir el cargo lanzó una audaz promesa: acabar con la deforestación para 2030.
5. Aumento del nivel del mar
Desde finales del siglo XIX, el nivel del mar ha subido en el mundo más de 20 centímetros. Con una particularidad: este aumento se ha acelerado en los últimos años. Incluso si se dejaran de emitir gases de efecto invernadero de forma inmediata y total, el nivel del mar, en el mejor de los supuestos, continuaría subiendo entre 30 y 60 centímetros hasta finales de siglo.
El nivel del mar está aumentando, principalmente, por dos factores: el derretimiento de grandes masas de hielo en el Ártico (sobre todo en Groenlandia) y la Antártida y lo que los expertos denominan ‘expansión térmica’: al calentarse el agua oceánica, aumenta también su volumen.
Frenar el calentamiento global (y por tanto la emisión de GEI), es vital, según los científicos para evitar que el aumento del nivel del mar anegue grandes extensiones de lo que hoy es tierra firme, incluso ciudades en las que viven cientos de millones de personas.
6. Escasez de agua
agua. Según la ONU, en 2025 esta cifra podría ascender a la mitad de la población mundial. Más de 3.000 millones carecen de acceso a agua potable, los desastres relacionados con el agua son cada vez más frecuentes y serios, y los recursos hídricos mundiales sufren una degradación galopante por muchos factores, que se multiplican debido al cambio climático.
El uso humano del agua, la contaminación y la degradación de los ecosistemas acuáticos siguen acelerándose debido al crecimiento de la población, el crecimiento económico, la emergencia climática, el cambio de uso de la tierra, las tareas las industrias extractivas, el uso ineficiente del agua y una planificación, regulación y aplicación deficientes, detalla un informe de la ONU.
La crisis mundial del agua es uno de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta la humanidad, de ahí que los científicos reclamen una respuesta global «sólida y rápida». Proponen medidas como imponer tasas a las empresas que contaminen el agua y dedicar esos ingresos a proteger y restaurar la salud de los ecosistemas de agua dulce, o recurrir a soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración y la construcción de humedales.
Fuente: El periódico de España