¿Cómo hizo China para lograr salvar al panda gigante?
El oso panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) es un insaciable devorador de bambú. Un ejemplar medio se pasa la mitad del día comiendo (literalmente, 12 de cada 24 horas) y hace sus necesidades docenas de veces al día. Hacen falta 12,5 kilogramos de bambú para cubrir las necesidades alimenticias diarias de un panda gigante, que arranca ansiosamente los tallos con los alargados huesos de sus muñecas, usándolos a modo de pulgares. Ocasionalmente también comen pájaros o roedores.
Son bonitos, adorables y ya no están al borde de la extinción.
Los osos pandas ya no están clasificados como tal por las autoridades chinas, pero siguen siendo vulnerables, advierten.
La clasificación se ha rebajado porque su número en la naturaleza ha alcanzado al menos los 1.800 ejemplares.
Los expertos afirman que el país ha conseguido salvar a su emblemático animal gracias a sus esfuerzos de conservación a largo plazo, incluida la ampliación de sus hábitats.
China considera a los pandas un tesoro nacional, pero también los ha prestado a otros países como herramientas diplomáticas.
Todo se trata del bambú
China lleva años intentando aumentar la población del panda gigante.
Estos animales estaban antaño extendidos por todo el sur y el este del país, pero, debido a la expansión de la población humana y al desarrollo, se limitan ahora a las zonas que aún contienen bosques de bambú.
El éxito se debe a los esfuerzos chinos por recrear y repoblar los bosques de bambú.
El bambú constituye alrededor del 99% de su dieta, sin la cual es probable que mueran de hambre.
Los pandas deben comer entre 12 y 38 kg de bambú al día para satisfacer sus necesidades energéticas.
La pérdida de hábitats fue la causa de que el número de pandas descendiera a poco más de 1.200 en la década de 1980, según el especialista.
Cría en cautividad
Muchos zoológicos e instalaciones chinas han apostado por la cría de pandas gigantes en cautividad, a veces con métodos de inseminación artificial.
“Tener animales en cautividad es como una póliza de seguro», afirma Hilton-Taylor. «Pero no queremos mantenerlos en cautividad para siempre».
El objetivo final de la mayoría de los programas de cría en cautividad es devolver los animales a la naturaleza.
En 2007, el primer panda gigante nacido en cautividad que se liberó en la naturaleza, Xiang Xiang, murió tras ser golpeado por los machos panda salvajes.
Fuente: BBC
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