Más cómoda de llevar: Muchas mujeres que se han decidido a probar la copa menstrual destacan, sobre todo, que no notas que la llevas puesta, que puedes utilizarla con cualquier tipo de ropa sin miedo y que no se nota que las estás llevando.
Más barata a largo plazo: Aunque su compra supone un desembolso inicial más alto que un paquete de compresa o de tampones, el coste se amortiza en sólo cuatro meses.
Cero productos químicos: Está fabricada en un material hipoalergénico que no provoca ningún tipo de alergia o reacción en nuestro cuerpo.
No absorbe la menstruación, solo la recoge: El funcionamiento de la copa menstrual es simplemente recoger la menstruación, no la absorbe como las compresas o los tampones, por lo que se evitan las irritaciones y la sequedad, especialmente los últimos días de tu menstruación, que se puede producir.
No huele: Muchos pueden ver un poco de recelo en el contacto con la sangre a la hora de retirarla o de lavarla pero destacan, como una de sus ventajas, que no huele a nada ni absorbe olores porque no está en contacto con el aire.
Más ecológica: El material del que está hecho la copa no contamina y hasta en el proceso de fabricación de este producto se reduce el uso de agua que se necesita, al contrario del proceso de producción de compresas o tampones.