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5 curiosidades sobre los pulpos que quizá no sabías

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Parecen de otro planeta, pero habitan en las nuestros océanos y son unos animales fascinantes. Los pulpos cambian de forma y de color a voluntad, expelen nubes de tinta y desaparecen entre grietas y estrechas cavidades. Estas criaturas de apariencia alienígena cuentan con un sistema nervioso único que les proporciona una destreza extraordinaria, además de muchas otras particularidades que los convierten en unas criaturas únicas y fascinantes.

1. Octopus tetricus

Los Octopus tetricus, conocidos como “el pulpo común de Sydney”, tienen tres corazones, su sangre es azul y viven en el este de Australia y en Nueva Zelanda. Generalmente, cazan durante la noche.

2. Hapalochlaena lunulata

A diferencia de las sepias, pueden cambiar su aspecto para confundirse con el entorno casi instantáneamente. Destacan sus anillos azules, que son venenosos, y es que este pulpo es bastante peligroso: su mordedura puede ser mortal para los humanos.

3. Octopus vulgaris

Sobrepasan de largo a los demás invertebrados en cuanto al número de neuronas, e incluso dejan atrás a roedores, ranas y muchos otros vertebrados. El pulpo común (Octopus vulgaris), por ejemplo, cuenta con 500 millones de neuronas. Está mejor dotado que los ratones (80 millones), y prácticamente a la par que los gatos (700 millones). El Octopus vulgaris, que habita en el mar Mediterráneo y en el Atlántico oriental, es muy apreciado a nivel gastronómico.

4. Octopus macropus

Cuentan con ocho brazos cubiertos de cientos de ventosas que les permiten manipuar objetos con precisión. Por ejemplo, pueden abrir la concha de una almeja, desmontar el sistema de filtración de un acuario o desenroscar la tapa de un bote. Estas habilidades los distinguen de mamíferos como los delfines, los cuales, aun con toda su inteligencia, están limitados por su anatomía y no pueden desenroscar nada. Destaca por su color rojo con manchas blancas fluorescentes.

5. Cyaneain kona

Este tipo de pulpo se puede encontrar desde Hawai hasta la costa este de África, y cada una de sus ventosas está cubierta de receptores gustativos. ¿Te imaginas que tu cuerpo estuviera cubierto de cientos de lenguas? Pues es más o menos lo mismo. 

Fuente: National Geographic

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